El vació después de un beso, el eco después de un disparo.... la aceptación después de la muerte.... Todos guardan un común denominador.... Silencio!
Ese ardid de callar guarda mas que mil palabras y conforme la cornamenta se hace mas gruesa, mas marcas deja el silencio, soledad, maldad, heridas, heridos, placeres y perdidas de tiempo, todas comienzan a ser como gemas sin brillo que rememoran vulgarmente todos tus pasados, todas las veces que no fueron, todas las que si, todo lo que esperaste, todo lo que no fuiste para alguien, todo lo que ellos no fueron o no llegaron a cumplir en la cuota que esperabas.... al final la adultes se transforma en un conjunto de grandes arias en el medio del silencio, chirriando tus verdades y miedos, tus triunfos vacíos y tus anhelos no cumplidos....
Pero un día, examinando esas gemas, aquellas que ya no brillan, que ya ni pesan... te das cuenta que puedes ser esa misma gema en la diadema de la vida de otro mortal, demonio o dios.... en ese momento, tu realidad se burlara de tu estado de reconocimiento de que todos pasamos por las mismas cosas, y al final, pesa mas una corona de Damocles que un reino permanente, vale mas un paseo por el valle de la soledad, que tener un reino lleno de mortales y con la empatia ausente....
También entenderás que tu maleficencia, tu bondad y divinidad no caben en todos los cofres de vida... y que todo tiene un retorcido por que! en la alcohólica linea de la vida!
